jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Hola? ¿Y los preliminares?

          ¡Millones de hombres en el mundo y más de la mitad no utilizan suficientes preliminares!
          ¿Dónde quedó todo lo apasionante del acto sexual? Cuando tu pareja te abraza con furia, os fundís en un apasionante beso que hace que tu piel se ponga de gallina y retozáis como salvajes hasta perder el aliento... ¡Ya no existe!
          Nos encontramos en una sociedad que va demasiado rápido, ¡podemos comprar comida para llevar en treinta segundos! Esto hace que la impaciencia reine en las cabezas de los hombres que nos acompañan y en sus feos penes.

          El problema tampoco es enteramente esto; pero es uno de los factores.
          La cuestión real es que ellos se calientan mucho antes que nosotras, lo que hace que entren a matar al minuto de haber comenzado a intercambiar saliva. ¡Por favor, en ese momento la mujer está más fría que un helado de chocolate guardado durante ocho años en el congelador! Pero ellos ya están cachondos... Por lo que quieren meter su pajarito dentro de nuestra concha cuanto antes. ¡No podemos permitirlo! Debemos exigir al menos diez minutos de preliminares que nos hagan disfrutar lo mismo que van a disfrutar ellos. Y en el caso de que no nos los quisieran dar... ¡Dejémoslos ahí con el calentón, que están dotados de un miembro muy lindo con cinco deditos que les dará lo que necesitan!
          Tras hablar sobre esto y antes de terminar e ir a los comentarios, os voy a contar mi teoría sobre la línea de los preliminares (¡algún día patentaré la idea!).
          Es algo muy simple.
          Los preliminares deben comenzar con un beso muy apasionado; porque ya sabéis, hombres, que es el gesto que más calienta a todas las mujeres. ¡Dejad a un lado esa obsesión por meter y comenzad a apreciar el rozar las lenguas con lujuria tanto como lo hacemos nosotras!
          Tras estos besos apasionados, la mujer ya estará lo suficientemente cachonda como para poder introducir un dedito dentro de su vagina; pero no lo suficiente como para que le expriman los pezones cual vaca que está siendo ordeñada, lo que ocurre muy a menudo.
          Así llegamos al hecho de que antes de introducir ese dedito, se debe besar a la mujer apasionadamente para subir el tono de la situación (lo explico muy detalladamente, a ver si así ellos lo comprenden... Y dejan de quejarse de que a las mujeres nunca se nos entiende).
          Bueno, como hemos dicho antes, tras la masturbación llega el que te laman los pezones cual bebé hambriento, o cual persona consciente que sabe que de ellos no saldrá leche. Estaremos agradecidas si encontramos un hombre del segundo grupo, pues pienso que no es agradable despertar con tres moratones en cada teta tras una sesión de sexo brutal.
          Entre medio de las dos últimas situaciones, pero nunca antes del apasionado beso, es donde deberíamos encontrar el sexo oral; ya que antes de ello, la mujer no estará lo suficiente cachonda si no ha practicado el paso más importante, pues no creo que sea agradable ser besada en los labios inferiores antes que en los que constituyen nuestra cara; aunque a ellos les encante que besemos su cosita antes que a ellos mismos, a nosotras no nos agrada en absoluto.
          Y finalmente, tras el sexo oral, encontramos la penetración. ¡No antes de lo que ya hemos hablado! En tal caso nos encontraríamos un agujero seco por el que no penetraría ni un alfiler; y seguramente la mujer terminaría fingiendo su propio orgasmo. No queremos eso ¿verdad?
          En vez de ello debemos insistir. Debemos obtener nuestros diez minutos de placer si no es posible más; ¡pero nunca debemos aceptar menos de lo que necesitamos!
          ¡Revelémonos chicas! Y si siguen sin satisfacernos encontraremos un gran amigo llamado vibrador que realizará todos nuestros placeres más deseados.
          Por último veamos qué opinan nuestras chicas; tres hoy pues a dos de ellas no les ha sido posible escribir.
          Pescaito: “¿Qué decir de los preliminares? Forman parte de toda relación y aunque mucha gente lo niegue son una fuente de ternura; pura sensualidad y una excitación infinita.
     Bien es sabido que para toda mujer son imprescindibles. Somos muy mimosas y nos encanta que nuestra pareja pierda mucho tiempo en ellos; pero, ¿y los hombres? ¿los necesitan?
     No me suele gustar generalizar, pero una cosa está bien clara, los hombres siempre están preparados. Será cuestión de testosterona o pura debilidad ante el “asunto” (risas). Pero es cierto que para algunos los preliminares son bastante básicos. Basta con enseñarles alguna parte de nuestro cuerpo y sin ni siquiera tocarnos ¡zas! Ya están a punto.
     Los hombres son mucho del “aquí te pillo y aquí te mato”; y en cierta forma a veces nos gusta. Pero no para siempre. Buscamos que sean más románticos y que se lo trabajen un poco; pero para algunos más vale la cantidad que la calidad.
     Pero como decía antes hay de todo, y aunque no lo quiera admitir más de uno, el sector masculino también es muy mimoso, incluso más que las mujeres. Les gustan las caricias y los besos como a los que más; y saben disfrutar de ellos."

          Burgos: “Los preliminares son una de las cosas más importantes en una pareja. Todos sabemos que son más apreciados por las mujeres que por los hombres. Disfrutamos más. Pero, ¿por qué? Por la simple razón de que cuando estamos con nuestra pareja en un momento íntimo no estamos todo el rato pensando en follarnos salvajemente. Hay que tomárselo con calma. Un besito por aquí y otro por allá siempre hace todo mucho más bonito.”

          Rioja: “Los preliminares...
     Hoy no estoy muy inspirada la verdad... Pero después de darle vueltas creo que las mujeres y los hombres no tenemos el mismo concepto de preliminares. Cuatro besos y poco más resume lo que significan para ellos. Tienen obsesión por meterla lo más pronto posible y no esperan a que nosotras estemos listas. Pero ¿por qué? Es mejor esperar un poco y poder disfrutar ambos. Todo será mucho mejor.”

          Espero que os haya parecido interesante el tema del que hemos hablado hoy. Siento haber tardado tanto en escribir esta última entrada; la siguiente será escrita en menos tiempo.

          Para terminar quiero dedicarle esta entrada a Anouk. Gracias por apoyarme.

          Con un fuerte abrazo me despido.
          ¡Hasta la próxima!